Cómo hacer polvo de hoja con un secador solar
Las personas son cada vez más conscientes de los beneficios saludables que reciben cuando consumen a las hojas verdes. Desafortunadamente, las verduras frescas tienen una vida útil muy corta. Esto presenta un verdadero obstáculo, limitando las maneras de cómo integrarlas a la dieta normal. Especialmente afectados son las personas sin refrigeradores o congeladores.
El uso de hojas secas no es algo nuevo, por ejemplo, la molokhaya o el yute fueron usadas en el Medio Oriente y en África para su uso en sopas hace tiempo.
Más recientemente, los polvos hechos de otras hojas nutritivas han comenzado a llegar a los mercados de alimentos saludables. Estos son útiles, pero pueden ser caros. Una opción más económica para las familias de bajos ingresos es hacer su propia hoja en polvo.
Se hace así:
- Cosechar las hojas
- Lavar en agua limpia
- Y escurrir.
Luego corte las hojas en pedazos de no más de 5 centímetros de largo.
Blanquear, o escaldar, las verduras durante 3 minutos al vapor o en un horno de microondas mata bacterias de superficie. Este paso mejora el sabor del producto para cuando se almacenan durante varios meses. Igual, frecuentemente este paso se omita. Si usted elige omitir el paso de escaldado, asegúrese de que sus verduras no crezcan en suelos contaminados por animales o aguas residuales. Y, por supuesto, lávalos bien con agua limpia.
Para evitar la contaminación de tierra salpicada que pasa naturalmente por la lluvia, coseche hojas que crecen altos, muy por encima el nivel del suelo, como por ejemplo la aibika y el yute. Las hojas de los cultivos que crecen cerca al suelo son más propensas a llevar tierra encima, como este acelga.
Ahora está todo listo para usar la secadora. Desparramar una capa fina de las hojas cortadas sobre la secadora y poner la tapa. En un día caluroso y soleado puede poner más hojas a la vez en la secadora que en un día fresco y nublado. Debes ajustar la cantidad de hojas para que se pueden secar por completo en el transcurso de un día. Si puede, reposicionar las hojas del secado una vez en la mitad del día esto acelerará el proceso. No recomendamos dejar la secadora afuera durante la noche porque las hojas absorben agua a través de la condensación que forma. Esta humedad puede conducir a la formación de moho en las hojas secas.
La temperatura máxima para el secador de hojas solar es de aproximadamente 55 grados Celsius o 130 grados Fahrenheit.
Cuando las hojas están completamente secas, deben sentirse crujientes y desmenuzarse fácilmente cuando se frotan.
Por lo general, tamizamos las hojas en este punto para eliminar la mayor cantidad de tallo posible y hacer un producto más uniforme. Los tallos son hechos principalmente de fibra. Fibra es escaso en la dieta estadounidense, pero puede diluir las proteínas, vitaminas y minerales que necesitan los niños desnutridos.
Las hojas tamizadas se pueden usar en las sopas y guisos, pero al moler a las hojas secas permite incorporarlas en una gama más amplia de alimentos. Un molino de café eléctrico económico funciona bien para moler pequeñas cantidades de hojas. Una licuadora de alta velocidad puede moler las hojas secas más fino y hacerlo más rápido.
También hay opciones no eléctricas para la molienda de hojas secas. Los molinos de grano con manivela están ampliamente disponibles en los países en desarrollo. Obtienen los mejores resultados cuando las hojas pasan por el molino 2 o más veces, moviendo los discos de molienda cada vez más cerca después de cada pasada. Aún más simples son estos molinos de piedra, tradicionales de México y Bolivia.
Vale la pena notar que el cuerpo humano absorbe mejor a los nutrientes en polvo de hojas molidas finamente que al polvo molido gruesamente. El polvo más fino ofrece más superficie para nuestras enzimas digestivas.
Una vez que las hojas fueron secados y molidos, existe una variedad de formas para incorporarlas a su dieta. El método más simple es echar un poco del polvo de hojas a palomitas de maíz o arroz para agregar color, sabor y nutrición. También puedes hacer tortillas enriquecidas con hojas, como esta mujer guatemalteca, o pasta, como esta mujer filipina.
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